El intercambio


Se trata de sustituir una preocupación por otra. Intercambiar un problema por otro de menor envergadura. Esa es la base para combatir el insomnio. Cuando tu cabeza no para, cuando rebotas de una idea a otra a las tantas de la madrugada, lo haces para escapar, para huir de algo en lo que no te quieres concentrar. Es como si tu mente cambiara de canal constantemente para no permitir que te aburras. Porque cuando te aburres tienes tiempo para pensar, y cuando tienes tiempo para pensar, indudablemente, te centras en aquello que temes. Hasta hace muy poco para conciliar el sueño bastaba con concentrarse en algo que nos preocupara poco menos que nada. De ahí nació el remedio popular de contar ovejas saltando un cercado. Cuando cuentas una, dos, tres, cuarenta y cinco ovejas saltando una valla te quedas dormido al instante, pero no porque la escena te aburra sino porque te concentras en un problema que te la trae floja. Miras muy de cerca una preocupación que ni fu ni fa para ignorar y sacar de tu campo visual a la que te eriza el bello. Básicamente el truco es enfocarse en un accidente que ni te va ni te viene. Y ese truco funcionaba porque en principio no eres granjero ni pretendes serlo. Pero lo mires como lo mires, si eres ganadero y tu jornal depende de ello, es un problema mayúsculo que las ovejas de tu rebaño hayan aprendido a hacer parkour y se den a la fuga.
Pero ese método ancestral para quedarse dormido ha quedado obsoleto debido al enorme grado de sensibilización que hemos alcanzado por culpa de la televisión e internet. La empatía nos ha jodido la vigilia. La crisis económica, social y moral de nuestros tiempos nos ha humanizado por encima de nuestras posibilidades, y eso nos provoca sendas ojeras. Debido a lo concienciados y solidarios que estamos todos para con los problemas ajenos, que un grupo de animales de corral organice una huida acrobática ya no nos parece un asunto menor. Estamos tan predispuestos a sentir el dolor y la aflicción del prójimo que no nos resulta nada difícil ponernos en la piel de ese tipo que amanece con su corral vacío, y que se queda atónito al comprobar las grabaciones de las cámaras de vigilancia. También nos inquieta la posibilidad que los pobres animales se hayan podido romper una pata tras la caída. El problema minúsculo se convierte en enorme de repente, y así no hay quien duerma. Así que a día de hoy, aunque pienses en miles de ovejas escapando de su cárcel con saltos mortales con doble tirabuzón, no conseguirás dormir ni de casualidad. Lo que hay que hacer es rebajar la intensidad de las preocupaciones en las que te plantas. Necesitas pensar en cosas que te preocupen un poco, pero solo un poco. Necesitas una migaja de estrés muy específica, y será en la diferencia de preocupación entre una minucia y lo que realmente temes donde encontrarás el sueño. Tienes que hallar la placidez en inquietudes muy de estar por casa. Puedes imaginarte que solo te quedan tres o cuatro rollos papel higiénico. Que debes volver a sintonizar el televisor antes de que se acabe el año. Que necesitas ahorrar un poco para cuando te vuelvan a pasar la cuota del gimnasio dentro de un semestre. Que estás volviendo a perder todas las parejas de tus calcetines. Que tienes que hacer un poco más de ejercicio, comer un poco menos mal, salir a que te de el aire con más frecuencia, viajar, estudiar idiomas.
Cuando te revuelvas en la cama y te enfades y desesperes porque no puedes dormir, tan solo concéntrate en alguno de esos satélites de pacotilla que orbitan alrededor de lo que realmente te oprime. Piensa si todavía te quedan viajes en el abono para el autobús. Esas estrellas fugaces de problemas irrisorios bastaran para distraerte. Esas constelaciones de casi chorradas serán suficiente para que apartes la vista del meteorito que tienes presidiendo el sistema solar de tus pensamientos. Céntrate en recordar que dentro de varios meses se adelantará la hora, y omite por completo eso grande y oscuro que hay instalado en el cielo; cada día un poco más grande. Cada día un poco más nítido e inabarcable.
* Replicado en negrita y a doble espacio en el otro bando.  https://productovacio.wordpress.com *

No hay comentarios:

Publicar un comentario