Evelyn gozaba de una sonrisa permanente. Recibía con amabilidad los halagos y con sosiego las críticas. Adoptaba como máxima una actitud empática, y no concebía las malas maneras. Incluso, utilizaba la palabra
cielo a modo de
hijo de puta. Si Evelyn hubiera comprendido como sonaban realmente sus simpáticas florituras, posiblemente habría preferido desechar el habla para siempre, y adoptar los escupitajos en la cara como única vía de expresión.
Escupitajos! mmmmmmh, es pa pensarlo.
ResponderEliminarSi, pero en principio no pretendía darle connotaciones sexuales.
ResponderEliminarMuchas mujeres no son conscientes de lo que sueltan por sus bocas, y a veces, por lo decir la mayoría, el silencio da más autoridad y dice más de alguien que intentar ser simpática, aunque algunas no pueden optar por otra cosa.
ResponderEliminarCuando se prefieren los escupitajos a las palabras amables, será mejor pensar un poco.
Me gustó eso último, estuvo bien y no se da a lo mismo de siempre.
Besos, Silderia