Apariencias
La noche empieza como tantas otras, conmigo poniendome el pijama, el pijama elegante. Es uno de esos pijamas que llevan las estrellas de cine, cuando, por sorpresa, la prensa invade su domicilio para realizar un reportaje sobre su rutina diaria. Más que un pijama, parece un traje, un traje elegante. No me lo pongo por costumbre ni por comodidad. A decir verdad, me provoca unos picores terribles y huele a franela. Si por mi fuera, dormiría desnudo, o mejor, dormiría acompañado. Pero ¿qué ocurriría si muriese mientras duermo desnudo?. Que pasaría una vergüenza atroz, eso pasaría. Puedo imaginar la escena del levantamiento del cadáver. Con la pareja de enfermeros que acudiría para realizar tan grotesca tarea; Roynold y Eva. Raynold es un joven entusiasta, nada en un mar de ilusiones, lleva dos semanas en el mundo laboral, por eso tiene un nombre tan guay, dentro de dos años se llamara Ramón. Eva lleva treinta cinco años en el sector, le quedan cinco años para jubilarse, hace tiempo que se ahogó, antes se llamaba Evelyn. Ambos me verían desnudo, pensarían que soy un grosero por no pensar en los pobres desgraciados que tendrían que manejar mi cuerpo con las pelotas desnudas golpeando contra la mesita de noche. Eva haría un comentario sarcástico y Raynold, que al principio se ofendería, acabaría por entrar al trapo. En cambio, si muero llevando un pijama elegante, ambos se desearían en elogios. Su vida será mas llevadera durante unas horas, tendrán fe en el mundo, por lo menos un rato. El que pensarán Eva y Raynold encauza mi vida, solo que a veces no son Eva y Raynold, sino Janine y Oscar, u otros personajes estereotipados. El que pensarán puede ser útil, por ejemplo, una chica jamás me puede pillar con los calzoncillos sucios, pero también tiene sus inconvenientes, como no poder utilizar nunca un alargador de pene. La vida esta echa de apariencias, que cada uno se preocupe de las suyas antes que lo hagan otros.
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La apariencia incómoda es para los que se la pueden permitir.
ResponderEliminarLas apariencias que pretendemos aparentar son producto de nuestras propias verguenzas, despojate de ellas (las verguenzas) y te liberarás de las apariencias, (si lo consigues, dime como).
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