El aniversario, el musical sobre hielo.

Las luces se apagan. Se inicia la obra: El aniversario, el musical sobre hielo. La crítica independiente la ha puesto por las nubes. En escena aparecen dos cantantes de ópera patinadores que saludan al público efusivamente. Sólo patinan por una zona específica del escenario, por donde se ha reforzado el hielo con cemento. Uno de los cantantes lleva un sombrero de aniversario, el otro, que interpreta a su mujer, patina a su alrededor con una sonrisa infinita dibujada en la cara. La mujer abraza a su marido y, tras susurrarle algo al oído, le empieza a dar puñetazos, patadas y mordiscos. Justo cuando el marido empieza a recuperarse de los golpes recibidos, aparecen veinte extras, que figuran ser invitados a la fiesta sorpresa de cumpleaños, y le apalean violentamente. Le pegan por turnos; mientras unos le dan patadas a la altura de las costillas, otros cantan y saltan y y hacen acrobacias imposibles con los patines.
La obra se alarga dos horas y media. Al final del segundo acto, el actor protagonista es urgentemente hospitalizado.

Cuando se baja el telón apenas se oyen unos tímidos aplausos, y algún que otro ataque de tos seca, aunque lo cierto es que casi todas las butacas ya llevan mucho tiempo vacías. La gente vuelve a casa un poco consternada, sin haber entendido mucho, y sintiéndose estafada al pensar en el precio de la entrada, pero intuyendo que quizás sí, quizás los regalos más memorables son los malos, quizás las bofetadas se recuerdan más que los ramos de flores.