El amor en tiempos del decoro

Si en alguna época ha llegado a existir el amor, sin duda, tuvo que ser en la del decoro. Esos fueron tiempos de duelos a muerte al alba por estupideces, de gota, de dentista por la mañana y Jack el destripador por la noche, de Sífilis en cada esquina, de obsesión por las formas, de encontrar motivos para sentirse ofendido hasta debajo de las piedras, de gramófonos, y de suicidios sinceros, de los que no llevan cartas de despedida. En aquellos tiempos, uno se podía enamorar locamente de una desconocida ( en un baile de disfraces, claro) y narrarlo y vivirlo todo de la manera más poética posible, sin que te tacharan de afeminado por ello. Solo cuando se le dio más valor al honor que al ego, solo cuando llevar sombrero fue más importante que llevar ropa interior limpia, entonces, y solo entonces, pudo existir el amor. Luego, poco a poco, la gente se fue olvidando del amor, tal y como si fuera un mal sueño, y las generaciones futuras se centraron en el follar. El romanticismo desapareció de nuestras calles junto a los sombreros de copa y la mierda de caballo.

1 comentario:

  1. El problema del amor es que es demasiado complicado, aunque yo sigo teniendo cierta simpatía por los sombreros de copa...

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