El despropósito

 
 
 
Digo yo que la gravedad te empotra contra el suelo por algo más que simple capricho. Digo yo que si la lluvia cae en lugar de subir, sus motivos tendrá. Por eso, y para ser uno con las leyes del universo, nada mejor que aprovechar esta nueva etapa para empezar a fumar, y no parar, hasta parecer una maldita locomotora. Aprovecha. Deja el gimnasio y apúntate a un buffet libre. Golpéate la cabeza contra la pared hasta que olvides las pocas palabras que sepas en ese idioma extranjero. Espera, mejor golpéate la cabeza hasta perder la melena que tanto te peinas. Aprovecha. Trata peor a los demás. Trata al resto como no te gustaría que te trataran a ti. Aprovecha. Aborta los lamentables proyectos que hayas iniciado. No uses nunca posavasos. Dilapida el amor que hayas conquistado. Aprovecha y sigue aprovechando. Compra cachorros con el único fin de abandonarlos en medio de la carretera. Recicla al revés. Apadrina a un señor de la guerra del tercer mundo. Tan solo suéltate y quítate el arnés. Aparta la red de seguridad y que empiecen los equilibrios. Quizás la caída sea aparatosa, pero será la última. Y es que solo el suelo te puede prometer que no caerás más. Si quieres un propósito que valga la pena, escoge uno que sea consecuente con lo que te rodea, con la gravedad y sus caprichos.

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