Altruismo de temporada

Me detiene una chica por la calle.Estoy seguro que quiere venderme o convencerme de algo. Como es muy guapa, y va escotada en pleno enero, me detengo, solo para reconocer su coraje, por supuesto. La chica me habla del sufrimiento de no se quién en no se qué parte del mundo. Le digo que lo siento, que no es mi culpa, que eso debieron pensarlo antes de enamorarse. La chica, perpleja, me dice que esa gente sufre porque su tierra ha padecido algún tipo de desastre natural, no porque sus sentimientos hayan sido mancillados. Me disculpo de nuevo y antes de despedirme, y echarle una última ojeada a su escote, le digo que no creo en los reyes magos ni en las ONGs. Al llegar a casa y quitarme la chaqueta me doy cuenta que la gente rota por dentro no recibirá jamás ayuda humanitaria hasta que no les azote un Tsunami.

7 comentarios:

  1. ¿Hay psicólogos de la seguridad social eh?

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  2. Pero no recetan. Además, lo wai es que te den pasta, los psicólogos como mucho te dan un abrazo.

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  3. Los psiquiatras también son de la seguridad social xdddd

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  4. Por cierto, esta entrada has sonado demasiado a Salvador Sostres, solo por eso me ha dado como un poco repelús fuerte xdddd, aunque la entrada está bien claro.

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  5. Por cierto, y aquí voy a romper una lanza por el salvadorsostrismo ocasional:

    Antes me quejaba indignado de que a los niños pobres las ONG solo los recordaban públicamente en navidad.
    Ahora me arrepiento de que lo hagan todo el año, es imposible andar tranquilo por la ciudad sin que te avasallen universitarias cachondas con cara de perro. Joder, deberían de aprender de Alemania u otros países civilizados, en los que también ESTÁN, pero no molestan a la gente. El método acoso y derribo me parece rastrero, yo creo que se sabe de sobra que quien pasea ese día con vocación filantrópica se acercará, y quien tenga prisa o esté ocupado, no.
    ¿Y por qué hacen eso?
    Para cobrar el sueldo del Zara de este mes.

    Pues, al fin y al cabo, tienen un controlador de la misma ONG que se pasea de incógnito vigilando que los informadores hagan su trabajo. Así que, si quieres unos zapatos con doble tacón para final de mes, a tocar los huevos al personal.


    Toma ya.

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