Oficios del subsuelo : El Crítico

Todo el mundo sabe que los críticos són el ejemplo a seguir, el faro que ilumina el sendero del pedigrí. Y es que para ser crítico resulta indispensable tener buen gusto o, por lo menos, aparentar que lo tienes. Masajear desde la objetividad las obras afines, y masacrar desde la neutralidad todo lo ajeno. Olvidar cualquier atisbo de vocabulario y expresarse únicamente con notas, estrellas, tenedores o caritas sonrientes. El crítico debe estar dispuesto a trabajar las veinticuatro horas del día, sin importar el contexto dónde se encuentre. Se trata de una profesión comprometida como pocas. Si su sobrino de cuatro años le regala un collar hecho con macarrones, el buen crítico no dudará en calificar la obra de "puta mierda" y de subrayar la falta de originalidad del autor, y de llamarle borrego por no haber orquestado una revolución artística en el parvulario de los delfines alegres. Quizás la profesión que más se parezca a la de crítico, sea la de General de las SS: No importa lo buenos que sean en su trabajo, siempre despertarán ese sentimiento mitad pavor mitad repugnancia. Si yo fuera crítico, aunque solo fuera por un segundo, lo puntuaría todo: desde el color del cielo a las bragas de mis amantes ( porque tendría amantes. Muchas, además). Me pondría a mi mismo una nota excelsa en artes amatorias, y para cuando las pobres necias descubrieran el engaño, ya sería demasiado tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario