Yo creía que las musas serían
jamaicanas en pareo que susurran al oído argumentos de Bestseller. Brasileñas
que dictan diálogos ingeniosos mientras bailan en top less. Pero no. Resulta que las musas son
más bien un malestar febril y un ardor de estómago continuo. Resulta que la
inspiración se asemeja más a una gripe intestinal que a una mulata embadurnada
en aceite.
Siempre me he imaginado a una musa vestida de blanco, buenas curvas, piel pálida... O.o
ResponderEliminarQue buen post!
ResponderEliminarÉxitos con el blog!
Saludos!
Fernando.
marketing btl
La inspiración da una sensación al cuerpo que se parece al hambre. Por eso a veces intento a comer menos. Es bueno escribir con un poco de hambre.
ResponderEliminarPor eso también me he llegado a saltar sin darme cuenta las horas de comer. Te lo digo comiendo a las 16.52 de la tarde, el Currywurst del mediodía.