El eclipse



Chuck está de lo más emocionado. Tras una vida monótona y aburrida, hoy morirá como hasta entonces nunca nadie lo hizo. Hoy por fin destacará en algo. Pero no será por casualidad, sino porque se ha pasado la mayor parte de su vida planeando su muerte. Por eso, por las horas de insomnio y los ahorros invertidos,  su muerte será un evento excepcional y sin parangón.

Se podría decir que Chuck ha diseñado su muerte como si de un piro musical se tratara. Le ha llevado años reunir los materiales, pero por fin lo tiene todo preparado. Por fin han llegado las jirafas y los koalas. Por fin ha conseguido almacenar la cantidad suficiente de levadura y de patitos de goma. Hoy tirará de la palanca que acciona el puente levadizo que ha construido en su jardín a base de cartones de leche. Y entonces, después de todas esas escenas extrañas, de las poleas y los ascensores, después de la orgía de enanos y el partido amistoso que jugarán un puñado jugadores de la NBA ya fallecidos, ocurrirá. Después de las coreografías inverosímiles que hará esa familia hámster, morirá en medio de un espectáculo tan enorme y desconcertante que el mundo en general, y las portadas de los periódicos en particular, no tendrán más opción que prestarle toda su atención. Mañana Chuck suplirá su falta de ambición y talento con un remix de los diez mejores cantos gregorianos. Mañana eclipsará al mundo.

Y no importará la envergadura de las noticias y/o catástrofes que se produzcan en las próximas horas, porque no se mencionarán jamás. Desaparecerán como si nunca hubieran existido. Chuck le hará a las noticias estúpidas de economía y a las trascendentales de prensa rosa lo que la vida le ha hecho a él, lo que el otoño le hace a los árboles.

1 comentario:

  1. Qualsevol persona mínimament creativa i responsable té el deure d'escriure el guió del seu propi funeral.

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